s u i c i d i o/o n/t v

EXT. PUENTE - DÍA

UN HOMBRE COLGADO, AMARRADO CON UNA CUERDA,

MIENTRAS UNA TURBA DE GENTE MIRA, PERO NADIE LO RECUERDA,

NADIE LO CONOCE Y MENOS MAL, PORQUE DA VERGÜENZA AJENA,

NO SE LANZA DESDE HACE CUATRO HORAS EL MUY COBARDE,

Y YA LLEGA LA HORA DE LA MERIENDA,

LA GENTE SE IMPACIENTA Y COMIENZA EL RECLAMO,

"LÁNZATE DE UNA VEZ, COBARDE GUSANO!" 

"NOS HACES PERDER EL TIEMPO!" 

"SALTA BASTARDO!" "MATA TUS PENAS TOMÁNDOTE UN TRAGO!"

MÁS DECEPCIONADO QUE ANTES, EL GUSANO PIENSA

CON ALGO DE LETARGO, SI ALGUNA VEZ QUISO SER HUMANO,

AL VER CÓMO LO RECLAMAN LOS MONSTRUOS ALLÁ ABAJO,

ESPERANDO SACIAR SUS VICIOS DE SANGRE, LO VEN COMO UN RELAJO,

SU MOMENTO DE CATÁRSIS, UN INSTANTE SUBLIMADO,

MIENTRAS ÉL SUFRE, AUNQUE TODAVÍA MANTIENE SU EGO ALGO HINCHADO,

Y TODAVÍA CREE QUE LAS COSAS CAMBIARÁN,

CUANDO CONCRETE LO PLANEADO, 

"QUIÉN TE CREES QUE ERES? 

UN JESUCRISTO DE NUEVO SIGLO?"

- LE GRITÓ UN CURA DE ENTRE TODOS LOS TESTIGOS-

Y EN ESE MOMENTO LA DUDA LO CONSUMIÓ,

PENSANDO EN YA NO DAR EL BRINCO,

PORQUE NUNCA TANTO CON LA POSE DEL SUFRIDO,

PERO AHORA CÓMO DETENER LO SUCEDIDO?

                               una subjetiva del suicida, mirando el panorama

                               contemplando lo que fue su vida, 

                               siempre envuelto en un tremendo drama,

                               que no tuvo nunca cabida

                               en este mundo cruel que ahora su muerte clama,

                               así a continuación un registro de lo que piensa,

                               como un último intento de ganar alguna fama,

                               antes de dar un forzoso salto y de perder la calma,

                               siempre es difícil terminar con una farsa:

  

soy p a r a p l é j i c o

p s i c o q u i n é t i c o 

                                        (en un estado

                                          s i n t é t i c o)

 c a t a p l á s m i c o ,  hablando en un sentido

a n á r q u i c o ,

en un constante estado,

un ente sintético,

residual, escondido en la realidad virtual,

de un mundo negro,

sacudido por la energía universal

y el precio del miedo,

y no es que no anhelo, gritar o malversar,

sino en un sentido shakespeareano, 

tan sólo expirar, sin juicio de antemano,

una carta de suicidio, que bien cito,

de mis recuerdos de niño,

cuando destruir era juego, y era un ente ciego,

amargo, cubierto por el hielo,

un helado infierno, 

contemplaba mientras derretía hormigas con cera,

o derretía soldados de plástico sobre la tele, 

no me alegraba nada, tenía mala suerte,

pensaba todo el tiempo en la muerte,

y me alegraba cuando solo me quedaba, 

lejos de todos, algo que deseaba, una excitación algo exaltada,

cansado del tiempo, del sentido, la realidad, la cosa material,

el sendero real de las cosas del mundo, 

y la pose de sentirme un ser profundo,

algo confundido, sin un sentido ni un segundo

de paz en este mundo,

...

(salta de una vez y suelta el nudo,

mira, el público está todo mudo,

pensando en cómo terminaron en este truco,

este disparate, este exceso, todo un abuso,

bueno, tu audiencia te espera, al ras en el asfalto,

llegó el momento de dar el gran salto, 

y no te preocupes por el impacto,

que es seco, directo, te mueres en el acto,

no escucharás las sirenas ni te afectarán los flashes,

y un periódico viejo cubrirá tu cadáver,

recuerda que, como toda noticia, te enterrarán y olvidarán,

ni hasta tu nombre recordarán,

sólo alguno por ahí dirá

que te vio reventar en plena avenida, y se reirá,

para luego cambiar de canal y consumir otro titular,

sobre el fin del mundo y el cáncer testicular)