Una finca se llenó de cerdos,
y a falta de alimento
(y de interés de un mal granjero)
comenzaron a devorarse,
y se comían unos a otros,
y otros se comían a unos,
con sus colmillos filudos,
y su incontenible hambre,
caníbal, caníbal! les gritaba un pequeño cerdo,
mientras se horrorizaba y señalaba a los furiosos puercos,
con su aterrorizada pezuña junto a su madre
mientras la sangre chorreaba y les salpicaba en cantidades,
mientras contemplaban tal disparate,
-los huesos crujían sin saborearse
a dentelladas salvajes-
la madre comenzó a segregar más saliva,
y sintió crecer su carnívora lascivia;
se quedó viendo al cerdito
mientras crecía su voraz apetito
y engulló al bastardo tan rápido,
que no logró hacer ni un chillido,
o siquiera un gesto de auxilio, un gemido
y menos un último suspiro...
unas horas después la masacre terminó,
sobrevivieron unos cuantos,
bien saciados, extasiados
pero también algo aburridos del sabor de la carne
de sus semejantes y familiares,
otros continuaron pero con ensalada de basura,
algo más ligero, como gusanos y otras criaturas,
excremento, latas, ratas muertas,
como para mantener la figura,
la puerca madre tomó una siesta,
con cara de satisfecha de tan deliciosa cena,
y tuvo un sueño:
recordó a su otro cerdito, hermano del hace buen rato bien engullido,
servido en chicharrón, mientras cargaba un pabellón peruano,
gritando -siendo todo un cliché*- a todo pulmón:
viva el perú carajo, por su comida y por Gastón!
la madre puerca asombrada despertó, abrió el recetario
-como un álbum de fotos-
y ahí lo vio:
a su primogénito bien servido,
con camotito frito, sarza criolla y ají amarillo.
*me refiero a ciertas frases de la aristocracia criolla,
como dejar tu granito de arena, cuánto te cuesta, cuánto te vale,
la conche tu mare,
desconozco mayormente,
lo que le gusta a la gente,
apéguese, pague con sencío,
dos más, al fondo hay sitio,
algo más, caserito
SÍ se puede,
dale dale, un caldito sin presa,
ya una chancha, que la nueva alcaldesa,
que el apra es corrupto,
que somos el ombligo del mundo,
el perú profundo,
y el perú es súper súper perú,
y somos número uno en surf,
(y en voley, pero antaño y segundones)
pero no en fútbol porque son muy pendejos,
y magaly los descubre chupando en algún hueco del centro,
ese tipo de frases son con las que convivo...
y la verdad, me alimentan y mantienen vivo.
(lima satura y suena tan mal,
la pongo en minúsculas
para mantener nuestro complejo)
