viernes, 13 de febrero de 2009

S I N G - A - S O N G

la repulsión, la ira,
y una que otra mentira,
un deseo sin cumplir y muchas ganas de escupir
los sentidos, la desidia, 
las ganas de tener todo en la mira,
de esparcir algo de pólvora, juicio, pena y horca,
de lanzar algo más que flamas,
aparte del lanzallamas, un par de metrallas,
un tiro al blanco en la cabeza,
un sinfin de dolor, una experiencia,
ser un carnicero, un verdugo pendenciero,
un sátiro vestido de santo,
un vulgar perro que no mereció el parto,
un infante suicida,
un criminal genocida,
que salta de escena en escena,
una ola de muertes sin gloria ni pena.

el serial killer pretende un momento, 
que depende de un humor bastante incierto,
a veces juega arrancando pedazos,
cortando, gozando, dando machetazos,
humillando, haciendo daño,
a inocentes y culpables, todo ente humano,
que al final son ellos los responsables de esta historia
de injustos e insanos,
y siempre hay una buena excusa para la trayectoria,
de una bala de grueso calibre,
que esparza los sesos de manera increíble,
con furia y mucha bulla,
y obvio un tanto de tortura,
mientras le arrancas las uñas a algún cura,
pero eso sí no arruines tus vestiduras,
con manchas de sangre, que son las duras, las más crudas
de limpiar con algo de vinagre, 
y quizá hasta detergente,
y que, para evitar algún accidente,
siempre lleva un buen recipiente,
una bolsa negra y un auto potente,
con una coartada por si algún agente,
se cruza contigo y te lee la mente,
y sal como si nada, entre toda la gente,
quizás haya sido todo un accidente

y si bien me desvié del tema,
no me asombran las cosas que yo digo,
al final siempre piensan que soy yo el que maldigo,
el que ejerce juicio y castigo,
pero eso sí, con mucho tino y humor fino,
porque eso de soltar profecías,
con una gracia disque divina,
como que no va con estos tiempos modernos,
y más que un discurso paquidermo, 
con un aliento a santidad que me pone enfermo,
prefiero yo los rapeos,
los sinsentidos y los jammeos,
al final piensan que todo es un juego,
y que no hablo en serio,
y que el infierno que yo creo,
lo tengo más que en mi cerebro,
las ganas de escupir se me van yendo,
así que nada, terminemos y publiquemos,
todos juntos, mis alteregos, nos vamos despidiendo,
esperando ansiosos los momentos,
de fuego, muerte y tormentos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

a veces pienso que el ser un serial killer se aleja de añoranzas, no es una opción.

- pero hijo mío, la confesión nunca es suficiente! - padre, qué quiere decir usted? - que un par de avemarías y unos cuatro padre nuest...